El estilo de vida occidental, incluida su la alimentación con dietas muy refinadas y el comportamiento sedentario, está asociado con una inflamación sistémica de bajo grado, que a su vez es responsable de la enfermedad degenerativa crónica. En los últimos años, se ha puesto atención a los beneficios del consumo de pescado y sus efectos positivos sobre las enfermedades degenerativas, como la dislipidemia y las enfermedades cardiovasculares, que se han atribuido a los ácidos grasos poliinsaturados (PUFAS, por sus siglas en inglés) ω-3, es decir, EPA y DHA. Al igual que contiene otros nutrimentos, como minerales, vitaminas y proteínas, que se han asociado a la prevención, tratamiento y complicaciones asociadas a las enfermedades cardiovasculares.
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